

¡Finalmente es viernes! Y yo intento relajarme con una taza de té verde y música New Age para acompañar mis mantras, y es que resulta que acabo de hacer el coraje de mi vida. Hace unas horas, después de participar en una amena conferencia dedicada al Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pasé a visitar un par de empresas para ver si me convencían de invertir en ellas y me encontré con una desagradable sorpresa.
Un disque “jefe” daba órdenes a sus empleados de una forma muy petulante, ¡vaya! Tanto que uno de ellos estaba tan asustado que tiró la taza de café sobre los documentos, y el jefe, en lugar de preguntar si se encontraba bien, solo lo regañó a tal punto que este tuvo que renunciar. Yo estaba sentado a una distancia considerable, pensaban que estaban solos, pero ahora lamentablemente acaban de perder a un accionista por este mal manejo de liderazgo.
Ser un líder no es sencillo, es un arte que muy pocas personas logran llevar a cabo; no obstante, seamos realistas, no todos los que están al mando significa que subieron por sus propios méritos o porque son personas expertas en el tema. A veces, me da pena decirlo, llegaron a su puesto por favoritismo, por alguna estrategia que solo conviene a los de arriba o porque tienen talento para mantener controlado al personal a través del miedo.
En algún punto de nuestra historia, nos hicieron creer que las empresas funcionan mejor con jefes autoritarios, pero hoy en día sabemos que eso es un mito, que un equipo trabaja mejor cuando está conformado por un grupo de líderes y, aunque debe haber una cabeza que guíe al equipo para verificar que todos lleguen a un punto en común, definitivamente no es lo mismo que un jefe o un capataz. ¿En qué siglo estamos mi querido educando?
Un líder es una persona capaz de influir en un grupo de trabajo determinado a través de habilidades gerenciales o directivas, con el objetivo de que este trabaje con entusiasmo hacia el logro de metas y objetivos. Por el contrario, un anti líder, es una persona carente de valores y con creencias bastante distorsionadas respecto a cómo hacer funcionar una empresa de cualquier tipo, ya que a veces son capaces de hacer cualquier cosa, con tal de salirse con la suya o sentirse valorado por sus superiores.
Como ya te imaginarás, educando apreciadísimo, las repercusiones de tener un anti líder a la cabeza pueden ser desastrosas, y no solo para los subalternos, sino para el desarrollo de la misma organización, y justo es por esa razón que decidí no invertir en aquella empresa. ¡Tiene tantas batallas internas!, como para pensar en cumplir objetivos y metas a largo plazo.
Si conoces a un anti líder, debes apartarlo de inmediato de cualquier proyecto. ¿Reconoces el “no se puede” o “es que siempre se ha manejado así”? Ya comenzaste a hacer memoria de algunos que seguramente te has encontrado en tu camino, ¿verdad?
Pero no te culpes si no puedes identificarlos fácilmente, pues solemos estar tan acostumbrados a ellos, que a veces vemos sus actitudes como lo más normal del mundo. Y eso es lo peor, acostumbrarnos a batallar con anti líderes y confiarles proyectos, el futuro de la empresa y a veces hasta nuestra salud emocional y mental en sus manos.
¿Cómo reconocer a un anti líder?
La forma más fácil de reconocerlo es que muestra una actitud pedante, soberbia y hostigadora. Se esfuerza en recordarte que él es superior a ti y que tú solo eres un súbdito. ¿Qué triste verdad? Además, son rencorosos, autoritarios, víctimas, maniáticos del control, chismosos, hipócritas, bromistas desubicados y críticos acusadores… Sí, sí, sigo hablando del jefe, aunque parezca que estoy describiendo al típico compañero de trabajo al que nadie quiere hablarle, y es que si te das cuenta, al final, detrás de la máscara, no es más que un empleado disfrazado de líder, que hace de todo, hasta quejarse de sus compañeros, menos ejercer un liderazgo…, que es lo que le toca.
Su principal talento es ejercer presión sin sentido, porque lo que le interesa en realidad, más que el proyecto en sí, es sentirse en control; como dicen, ejercer su autoridad, pero el resultado no es más que un estado de tensión y nervios permanentes.
Luego no te sorprenda que cuando se logre con éxito un proyecto, el anti líder se adjudique los méritos de otros y jamás reconozca tu esfuerzo o te felicite; pero al igual que tú, él también quiere que su jefe directo lo reconozca o lo felicite… Claro que, como no tiene idea de cómo se realizó el proyecto, sus aportes o presentación son irrelevantes, pero prosigue con tal de lucirse frente a los demás.
Otra forma de identificar a un anti líder es que odia que la gente le haga sombra, así que seguro abusará de aquellas personas que tengan habilidades de liderazgo o sean muy talentosas en sus proyectos. Por supuesto, no siempre los atacará directamente, tampoco es tonto, ni se va a exponer todo el tiempo a las miradas críticas de los demás, pero existen otras formas, como la de hacerse las víctimas e inventarse conspiraciones que no existen; pero, al final solo logra atentar contra el ambiente laboral.
¿Cómo nace un anti líder?
Tratemos de ser un poco más comprensivos, un anti líder no necesariamente es un personaje malvado sacado de alguna novela de superhéroes, sino que suelen ser personas inseguras que no se sienten capaces de cubrir el puesto en el que están, así que para animarse comienzan a inflar tanto su ego, que terminan por perder el control de la realidad y las dimensiones de lo que su puesto significa.
Son personas que por alguna razón han perdido su capacidad de aprender, ya sea porque en un tiempo sabían mucho o fueron los expertos en un tema, y ese “saberse superiores” los ayudaron a sentirse mejor, ¿pero qué pasa cuando llega alguien con más conocimiento o con mayor experiencia? Se sienten vulnerables y temen ser expuestos ante los demás como un ignorante o verse en ridículo.
Pero no tendría por qué ser así, solo basta escuchar, observar y saber comunicar tus ideas de forma clara para ser un excelente líder. En otra entrada te mostraré lo que se necesita para ser uno, ya que te ayudará no solo en el trabajo, si no en cualquier aspecto de tu vida. Mientras tanto, tengamos un poco de paciencia y cautela con los anti líderes, ya que muy en el fondo no están en contra de su equipo o de la empresa, sino de ellos mismos… Esa frustración de ver cómo sus objetivos fallan a cada rato en el proceso.
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