

Queridísimo inversionista inteligente, hoy vamos a cambiar un poco de tema para despejar nuestra mente y olvidarnos un poco de la adrenalina que nos causan las inversiones. Para ello te traigo un tema muy interesante y que anda en boca de todos: el Big Data. Ha habido tanta polémica al respecto que se dice que son un riesgo enorme a nuestra privacidad y seguridad, algo así como una especie de película de espionaje ruso; pero tranquilo, en realidad es más un asunto de practicidad y eficiencia, que de complot para tenerte vigilado.
¿Has escuchado algo al respecto? Si no es así, déjame decirte que aunque no te hayas percatado de su existencia, el Big Data influye en muchos aspectos de tu vida cotidiana. Para empezar, ¿quién a estas alturas no utiliza internet? Pues bueno, cada que entras a una plataforma y agregas datos, estos no desaparecen, sino que son analizados por supercomputadoras y servidores muy potentes, para luego ser utilizados por empresas u organizaciones sumamente interesadas en conocernos y entender cómo acercarse a nosotros.
Saben más de ti de lo que te imaginas
¿Qué datos necesitan? Esto es lo más sorprendente, porque a estas empresas u organizaciones les interesa saber ¡todo! Desde nuestros gustos, lo que nos interesa, dónde vivimos, nuestra situación financiera, cómo gestionamos nuestras finanzas, qué solemos hacer los fines de semana, nuestro estilo de vida, y muchos datos más que expliquen nuestra personalidad y cómo pensamos.
Si aún no estás lo suficientemente sorprendido, lo estarás cuando sepas cómo se consiguen estos datos. No creas que van a tu casa a hacerte una encuesta, mucho menos existen agentes espiándote o pagándole a tus conocidos para que les cuenten de ti. El Big Data puede conseguir información de tus registros médicos, censo de población, impuestos, transacciones financieras realizadas en línea, dispositivos móviles, redes sociales, búsquedas en Google, coordenadas GPS y todas aquellas actividades que podemos realizar con nuestros “smarphones”. Para que puedas darte una idea, querido educando, al día se generan alrededor de 2.5 quintillones de bytes en el mundo de puritita información. ¡Guau! ¡Esos son muchos ceros!
Ahora bien, aunque la cantidad de datos es sorprendente, lo más interesante del Big Data es la forma de organizar toda esta información. Imagínate a varios duendecillos (que en este caso son algoritmos) acomodando dato por dato tratando de seguir patrones, tendencias u objetivos. Al final de todo ese trabajo cansadísimo, entregan como resultado información útil, de forma clara y entendible a las empresas u organizaciones que así lo requieran, con el único objetivo de tomar decisiones correctas para evitar riesgos, costos e ineficiencias. ¡Nadie quiere revelar tu información privada!
Veamos algunos ejemplos: Los seguros necesitan información de sus clientes para prevenir fraudes a través de un estudio de patrones de comportamiento; los bancos necesitan datos que les ayuden a minimizar riesgos y fortalecer su imagen ante el cliente; las empresas financieras quieren saber de ti para optimizar sus recursos, mejorar procesos internos y reducir costos. En general, las empresas suelen utilizar esta información para detectar necesidades de sus clientes, optimizar tiempos de espera o incluso predecir situaciones de error.
El Big Data simplifica nuestra vida
Veamos algunos ejemplos: Los seguros necesitan información de sus clientes para prevenir fraudes a través de un estudio de patrones de comportamiento; los bancos necesitan datos que les ayuden a minimizar riesgos y fortalecer su imagen ante el cliente; las empresas financieras quieren saber de ti para optimizar sus recursos, mejorar procesos internos y reducir costos. En general, las empresas suelen utilizar esta información para detectar necesidades de sus clientes, optimizar tiempos de espera o incluso predecir situaciones de error.
A lo que quiero llegar, mi querido educando, es que la utilidad de todos estos datos es para que podamos recibir un mejor servicio, como:
- Detectar fraude: A través de un análisis de datos, es posible distinguir una actividad normal de un comportamiento delictivo con mayor rapidez.
- Cumplimiento de los requisitos reglamentarios por parte de las entidades financieras: Gracias al Big Data podrás estar tranquilo de saber que tus datos están protegidos y controlados.
- Segmentación del cliente: Es posible agrupar a las personas en distintos segmentos, según sus hábitos de consumo, para ofrecerles productos cada vez más personalizados.
- Marketing personalizado: La ventaja de conocer mejor al cliente es que es posible darle un servicio con los productos financieros adecuados e informarle de las promociones que más le puedan interesar.
- Gestión del riesgo: Gracias al análisis de los datos del mercado en tiempo real, las entidades financieras pueden manejar con más eficacia las carteras de sus clientes.
Para que los algoritmos funcionen correctamente, hay que alimentarlos con muchos datos
Si aún no terminas de convencerte de lo bueno que es para nuestras vidas el Big Data, solo te diré esto, ¿quién crees que te recomienda una canción en Spotify o una serie en Netflix? ¿Por qué crees que siempre tienes la publicidad correcta en tus redes sociales, o siempre tienes a la mano información que es muy relevante en tu vida?
Así es, educando inteligentísimo, adivinaste, un algoritmo que sabe cuáles son tus gustos, donde vides, tu edad, qué canciones o series has dejado a la mitad, etc. Solo piensa esto, para que el Big Data funcione, necesitamos alimentarlo con muchos, muchos datos.
¿Cómo realizo mi inversión?
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