

Querido educando, en esta ocasión, me gustaría recordar un tema que ya se ha mencionado en otras entradas de este blog. Estoy hablando de la diversificación en los instrumentos de inversión, esto es, lo importante de no “meter todos los huevos en una misma canasta”. Piensa que, aunque afortunadamente un instrumento de inversión resulte favorable durante un tiempo, no siempre será así. De ahí que los mejores inversionistas tengan como regla el concepto de diversificación, porque han descubierto que es la mejor alternativa para lograr la rentabilidad esperada y, sobre todo, para reducir el riesgo de una inversión.
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¿Cómo funciona esto? Bueno, supongamos que tienes 100 000 pesos para invertir, mi querido educando, y que este dinero lo utilizas para comprar acciones de una sola empresa. Al principio podría ser buena idea, pero ¿qué pasaría si de repente bajara la cotización de esa empresa? O peor aún, ¿que la empresa se fuera a la quiebra?
Pues ya te imaginarás dónde quedó tu inversión…
Ahora que, si por el contrario, divides estos 100 000 pesos entre varios instrumentos, lo que harás será proteger tu inversión, debido a que la rentabilidad final será el promedio de todos. Y en caso de que haya pérdidas en unos, podrás compensarlas con las ganancias de otros.
Ya sé que me vas a argumentar que no todos tienen la suficiente capacidad económica como para invertir en muchos títulos, bueno, cuando esto suceda mi querido inversionista, lo que puedes hacer es crear cierta diversificación entre ellas, con la finalidad de tener dos o tres tipos de instrumentos financieros.
Ahora que hemos entendido el concepto básico, veamos ahora estos tres consejos para que puedas aprendértelos de memoria:
1. Elige los activos con los que quieres comenzar a invertir
Afortunadamente, tu cartera de inversión puede combinar diferentes clases de activos, como por ejemplo de capitalización, de deuda, monedas, etc.
Eso sí, es muy importante que recuerdes que la proporción de dichos activos de inversión dependerá mucho de tu perfil de inversionista, así como el nivel del riesgo, su horizonte de inversión y los motivos de su inversión.
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2. Divide tu inversión con diferentes títulos
Una vez que hayas elegido la clase de activos en los que quieres invertir, ahora lo que sigue es diversificar los títulos.
Por poner un ejemplo, puedes tener acciones de distintas empresas, con distintos niveles de liquidez y riesgo; o bien, podrías tener bonos con diferentes plazos de vencimientos; o qué me dices de los fondos mutuos con estrategia variada de inversión o que apuntan a distintos tipos de inversiones.
3. Elige diferentes sectores económicos
También está la opción de elegir instrumentos de empresas de diferentes sectores, lo cual ayuda mucho a reducir el riesgo de nuestra cartera de inversión. En la mayoría de los ciclos económicos, favorecen más a algunos sectores que a otros, por lo que es muy importante siempre estar bien informados.
Por ejemplo, en épocas de expansión, los sectores de consumo o construcción tienen muy buenos resultados; pero en épocas de recesión o donde la economía se encuentra en crecimiento, el retorno podría ser mucho más lento.
Por lo tanto, tener una diversificación por sectores económicos también ayuda a repartir mejor nuestras apuestas de inversión.
La idea es que tengas una mezcla entre títulos de mayor riesgo y otros más seguros, pero con menos rentabilidad. Esto es, una variedad entre inversiones de corto, mediano y largo plazo.
¡Ah, pero eso sí! Es muy importante que el conjunto de tu cartera corresponda a tu perfil de inversión, y muy en especial, que te permita atender tus necesidades a medida que estas se presenten.
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