

Mi queridísima educanda, el día de hoy estamos todos felices de celebrar a la mujer trabajadora y defensora de sus derechos; aunque también, es un momento que nos invita a la reflexión.
Vivimos en una época en la que se plantean muchos desafíos que exigen nuevas maneras de pensar, entre estos desafíos se encuentra el papel económico de las mujeres. Y aunque la economía mundial se está esforzando para generar un crecimiento capaz de ofrecer a la población una mejor calidad de vida, la verdad es que las mujeres siguen sin poder aportar su verdadero potencial.

Para empezar, si las mujeres representan la mitad de la población mundial, pero solo el 50 % de ellas participan activamente en la economía de México, ¿qué pasa con el otro 50 % restante?
De acuerdo con la Old Mutual México, 4 de cada 10 mujeres son parte del mercado laboral, a diferencia de los hombres que se sitúan en 8 de cada 10. Lo que significa, que los hombres siguen representando un mayor porcentaje con 76 %, mientras que las mujeres cuentan con 44 %, lo cual deja ver que aún existe una brecha importante que impide el avance.

Para cambiar esta situación, será necesario que entre todos hagamos un esfuerzo para que se abran las puertas a nuevas oportunidades, a través de tres claves importantísimas para el empoderamiento de las mujeres, y son: educación, trabajo y liderazgo.
Educación
En este punto debemos poner muchísima atención, porque es la educación la que permitirá que se construya el cambio. Es la única forma en la que las mujeres pueden ayudarse a ellas mismas y romper el yugo de la exclusión. Si no me crees, checa este estudio realizado en 60 países en el que se estima que la pérdida económica por no educar a las niñas al mismo nivel que los niños, asciende a un total de 90.000 millones de dólares al año.
Como dice un viejo proverbio africano: “Si educas a un niño, formas a un hombre. Si educas a una niña, formas a toda la aldea”.

Trabajo
Si lo primero en lo que debemos poner atención es en la educación, lo segundo es en el trabajo. Esto les permite a las mujeres realizarse y alcanzar su auténtico potencial. Lamentablemente, aún a estas alturas, muchas de las mujeres que participan en el mercado laboral ocupan puestos mal pagados, poco reconocidos y con poca seguridad, en especial en el sector informal de las economías de países en desarrollo.
No es de sorprenderse que las mujeres y las niñas sean las principales víctimas de la pobreza extrema. A nivel mundial, las mujeres ganan únicamente tres cuartas partes de lo que ganan los hombres, incluso si tienen el mismo nivel de educación y cargo.
Por lo que una de las normas básicas debería ser “igual salario por trabajo de igual valor”, ¿no crees? Sin ir tan lejos. Eliminar las brechas de género en la participación económica podría implicar aumentos en los ingresos per cápita.

Liderazgo
Por último, y no menos importante, el liderazgo permitirá que las mujeres puedan mejorar su posición y se realicen según sus habilidades y talentos innatos. Por ejemplo, y para darnos una idea, las mujeres representan únicamente el 4 % de los Directores Ejecutivos de las empresas del índice Standard and Poor’s 500, y solo ocupan una quinta parte de los escasos parlamentarios en todo el mundo.
Toda una ironía, puesto que se ha demostrado que las mujeres que gobiernan suelen hacerlo igual de bien, sino es que hasta mejor, debido a que la mayoría de ellas se inclinan por decisiones basadas en el consenso, la inclusión, la compasión y centran su atención en la sostenibilidad a largo plazo.

Es muy importante, mi querida educanda, que comencemos a cambiar de mentalidad para volver a escribir la historia, pero esta vez a favor de las mujeres. Necesitamos más mujeres confiadas, que se atrevan a asumir riesgos y se alejen de lo conocido.
Así que, como yo lo veo, solo nos quedan dos opciones: forzar el cambio o conformarnos con la autocomplacencia.
¿Cómo realizo mi inversión?
En Consubanco Selecto te ofrecemos asesoría y atención personalizada.
Forma parte de nuestro grupo selecto de inversión