

Querido educando, vivimos en una época donde la información se encuentra al alcance de todos. Al grado de que, si alguien se queda con una duda, es porque no quiere saberlo, y no porque no sepa dónde encontrar la respuesta. Solo basta con tomar tu celular o tu computadora y Googlear tu duda para disiparla.
Algo que me alegra muchísimo, es que se ha puesto en tendencia ofrecer productos con valor agregado, como información, historia y, a veces, hasta instrucciones de uso o a qué tipo de persona le conviene tener ese producto.
Para no ir más lejos, muchos bancos o sitios financieros han optado por desarrollar un sitio web que ayude a los usuarios o clientes a elegir la mejor opción para su dinero. Ya quedó atrás el clásico “compra porque yo sé que te conviene”, ahora se prefiere la transparencia y explicarle a los usuarios o clientes las especificaciones de cada producto o instrumento financiero para que tome la mejor decisión y pueda comparar un producto o servicio de otro.
No obstante, a pesar de estas excelentes prácticas, hay algo que estas instituciones financieras no te dicen. Estoy hablando de cómo llevar sanamente tus finanzas personales, ya que no es solo elegir o tomar decisiones, sino que son un reflejo de nuestros hábitos, de nuestra cultura y de nuestros ideales. Incluso, estas prácticas impactan directamente en lo que seremos y tendremos en el futuro.
Y precisamente como no es algo que encontrarás en un folleto a la salida de un banco, quiero transmitirte, querido educando, mi experiencia, con el fin de salvaguardar un futuro prominente para todos y la abundancia que nos dé la tranquilidad que soñamos.
¿Listo para tomar nota? Pues chécate estos sencillos consejos:
1. Ahorra
Este es un hábito que debemos desarrollar cuanto antes. No importa qué porcentaje de tu ingreso quieras destinar para ahorrar, pues al final todo suma, solo que siempre, siempre, siempre debes respetar esa cantidad, ya sea semanal, quincenal o mensual. Al final, si lo ves de esta manera, es un compromiso contigo mismo, con tus sueños, con tus seres queridos y tu futuro.
Sé que habrá momentos en que puedas destinar un poco menos por cubrir alguna emergencia o, simplemente, porque quieres darte un lujito; es normal, no te frustres, pero en la medida de lo posible, no dejes de hacerlo.
2. Reduce tus deudas
A veces se nos hace muy fácil adquirir créditos que después no podemos pagar. Por eso es muy importante que no asumas deudas que sobrepasen tu capacidad de pago mensual, ya que, aunque al principio parezca una acción inocente, con el tiempo se convertirá en una bola de nieve, que te impedirá ahorrar y deteriorará tus finanzas.
Incluso, es muy común que te ofrezcan una excelente oferta, la mejor del mundo, solo que justamente eso es lo que quieren hacerte creer, que podrás sin problema con los meses sin intereses, para que al final sigas consumiendo del financiamiento de las instituciones de crédito.
Pero analicemos un poco, mi querido educando, que por mucho que un crédito esté a meses sin intereses, si sobrepasa tu capacidad de pago, no podrás pagarlo. Lo mejor es que ahorres y compres con descuento de contado.
3. Liquida tus tarjetas de crédito
Siguiendo con el punto anterior, los créditos son el mejor negocio para los bancos, pero también son la fórmula perfecta para el fracaso financiero de muchos usuarios.
4. Invierte
Una muy buena idea es depositar tus ahorros en una cuenta de inversión, solo procura que sea una opción segura (pues no todas lo son) y que tenga buenos rendimientos para que tu ahorro no esté tan a la mano, y en lugar de gastarlo lo veas poco a poco crecer.
¡Eso sí! Para que puedas proteger tu capital, la regla de oro es entender estos aspectos:
- Cuáles son los riesgos que implica un instrumento de inversión
- Qué tiempo es el que debes invertir
- Cuál es la factibilidad de liquidez
- Qué garantías te ofrecen (como el IPAB que ofrecen solo los bancos en PRLV o en sus CEDES)
5. Revisa tus estados de cuenta
Es muy importante que revises los estados de cuenta de todos y cada uno de tus instrumentos bancarios, ya sean de inversiones o de créditos, ya que en ocasiones los sistemas llegan a fallar, y puede ser que por ahí haya algún pago de rendimiento faltante, un cobro de comisiones, cargos dobles, consumos no identificados, etc.
6. Confía en ti
Creo que este es el punto más importante, pues cuando te involucras frecuentemente con tus cuentas, sabrás en qué momento algo no anda bien. También es importante que, si algún punto no entiendes, busques la opinión de algún tercero que sea más experto.
Por ejemplo yo, mi queridísimo educando, que estoy aquí para resolverte cualquier duda que tengas sobre tus finanzas e inversiones. Este blog está hecho para ti, para que puedas consultar, preguntar y conocer a otras personas con tus mismos intereses.
¿Cómo realizo mi inversión?
En Consubanco Selecto te ofrecemos asesoría y atención personalizada.